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Aquella noche en Usno

“Inmersa en la confusión, aquella noche marcaría un antecedente en mi vida. Sabía que cada paso que daba me conducía a un camino que no tendría regreso”, se lee en capítulo 15 de la novela Aquella noche en Usno. Una novela romántica que apela a la libertad como virtud deseada.

La historia gira en torno de una profesional del turismo que es contratada por una compañía hotelera de Usno para llevar adelante un plan de turismo alternativo. En esta ciudad, que va a jugar un papel importante a lo largo de la historia por sus características y por la idiosincrasia de sus pobladores, la protagonista: Andrea Carrizo conocerá a Fernando y a Federico. Dos personajes que son la manifestación del deber y del querer, casi en estado puro. Entre ellos va a quedar Andrea luchando por hacer lo permitido, pero deseando lo prohibido. Deseando la libertad y la pasión que brota de cada rincón de la ciudad de Usno.

Una ciudad indiferente que admite que todo esté permitido, que cuenta con 450 bares en una de las avenidas principales, donde el alcohol y la diversión son moneda corriente. Donde Andrea, que es una extranjera, va a intentar vivir al límite como lo hacen los pobladores de Usno, y deberá enfrentarse con su moral, sus acciones y su conciencia.

Aquella noche en Usno, no solo es el título de la novela sino también del capítulo central: el que marca un antes y un después en el interior de la protagonista. Es el punto de giro de la historia, detrás de él van a desarrollarse las acciones más importantes y reveladoras.

Tenemos como personajes principales a Andrea, Fernando y Federico. Andrea, además de la protagonista es el narrador de la historia. Va a contar en primera persona todo lo que vivió, sintió y pensó. Es una mujer muy culta, respetuosa, creativa, pero presa de los límites que su sociedad le impuso durante toda su vida. Su trabajo en Usno va a venirle como anillo al dedo para liberarse, solo que en este transitar va a olvidar que la culpable de su estructurada vida no solo es su entorno, sino también ella misma.

Federico, es el personaje ideal. Desde que aparece en escena, hasta el final de la historia es el hombre del que cualquier lectora se enamorará. Es dulce, divertido, buen mozo y transparente de principio a fin. Será fundamental para la resolución de la historia y el mejor apoyo de Andrea en sus dudas.

Después tenemos el personaje de Fernando, quizás el personaje más controversial de toda la historia. Es accionista de la compañía hotelera que contrató a Andrea, un hombre serio, recto y correcto en su vida laboral, pero un multifacético fuera de este ambiente. A diferencia de Federico, Fernando no va a ser transparente, sino más bien enigmático. Dependiendo del momento de la historia, podrá mostrar su mejor o su peor cara. Si bien, Andrea es el personaje principal, a quien le ocurren los hechos, quien toma las decisiones, va a ser Fernando con su accionar el verdadero motor de la novela. En él está puesto el peso de hacer avanzar la historia, mientras que en Federico va a estar el estereotipo de conservación del status quo.

La acción se va a desarrollar en una ciudad llamada Usno, que es fruto de la ficción, pero que toma el nombre de un pueblo de San Juan, en la República Argentina. Usno, es un pueblo minero que se encuentra camino al famoso y conocido Ischigualasto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Cuenta con una iglesia, una escuela, un puesto policial, una sala de primeros auxilios, un cementerio, una sede municipal y una plaza. Difiere totalmente de la ciudad que se describe en Aquella noche en Usno, pero tiene elementos tomados de la realidad de este pueblo. Estos son el puente, los minerales, la historia de la plaza, entre otros.

La novela de Adriana Sánchez tiene como ilustración de tapa la foto tomada por la fotógrafa Paula Peralta. Es una vista hermosa de la ciudad de San Juan, en Argentina, desde el balcón de una habitación del sexto piso del hotel Del Bono Park.

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